miércoles, 18 de junio de 2014

A través de tus ojos - Capitulo 2

La primera vez que la vi, fue completamente impresionante, era lo que siempre había soñado.

Verla sentada en ese banco del parque fue como un deseo cumplido. "Los deseos no existen" me decía cada vez que trataba de verla, desde el otro lado del parque. "Los deseos en el mundo son simples recíprocos" o al menos eso siempre había pensado.

Pero ahora ella estaba ahí, sentada frente a mi con un libro en las manos, todo era como si lo hubiera mandado a crear, como si fuera un sueño. "Los sueños son un mundo aparte recuerdalo", en mi vida eran pocas las veces que las cosas dejaban de tener lógica, todo era simplemente movimientos sincronizados en el Universo.

Ella hizo que cambiara mi manera de ver la vida. "Era la chica mas bonita que había visto. Era como intentar mirar directamente al sol".

Toda la vida espere algo así. Mi nombre es Thomas, soy un joven de 17 años, con grandes ideas, con grandes expectativas de la vida. Soy un chico normal, en un pueblo pequeño, en una escuela normal, con amigos normales. Nada interesante pasa por mi vida, ni extraterrestres, ni fantasmas, ni superpoderes, mi vida es en general aburrida, nada bueno pasa nunca en este pueblo, menos aquí en Washougal, es un pueblo pequeño situado a las afueras de Vaconvouver, Washington.

Es un pequeño poblado de poco mas de 13,000 habitantes, es un pueblo pintoresco, cubierto de bosques espesos y paisajes maravillosos.

Nos mudamos aquí hace algo mas de 11 años, desde Boston, por que el destino es tan cruel y mis padres tan raros. Quisieron que creciera en un ambiente rodeado de arboles en vez de crecer rodeado de grandes plazas y comercios. Y así fue, crecí en un vecindario muy ecológico, con vecinos que hacían parrilladas en sus jardines, todos saludándose entre si todas las mañanas, los niños corriendo de un lado a otro por todo el campo, el lugar perfecto para crecer.

Abrí los ojos, mi reloj marcaba las 7:40, a este grado esta completamente seguro de que nunca nadie llegaría a ayudarnos, ella seguía recostada sobre su brazo sin decir nada, tenia una herida en la cabeza que se veía como un pequeño hilo rojo, que entre mas pasaba el tiempo mas aumentaba de tamaño.

Entonces me miro.

Como siempre lo había hecho con esos bellos ojos, los que me habían mostrado un mundo diferente al que siempre estuve acostumbrado a ver. Sus ojos pardos azules se postraron en mi.
Y cerro los ojos.

"La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo y para muchos un favor."

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